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Mi primer maratón de montaña

Un paso más en mi camino como corredor

Hace años que dejé el asfalto para correr en cerros. El trail se convirtió en mi lugar: me conecta con la naturaleza, me obliga a esforzarme de verdad y me regala paisajes que nunca dejan de sorprender. He corrido muchas distancias en montaña, pero este octubre voy a dar un paso nuevo: mi primer maratón de montaña.

El 4 de octubre estaré en el Santuario Cascada de las Ánimas, en pleno Cajón del Maipo. Solo pensarlo ya me da nervios y me emociona. No es mi primera carrera de trail, pero sí la primera vez que enfrento los 42 kilómetros en montaña. Y aunque llevo tiempo corriendo en senderos, sé que esta vez será distinto: más largo, más duro y mucho más mental.

Qué tiene de especial un maratón de montaña

Correr un maratón en la calle y uno en la montaña no tiene nada que ver. En la ciudad los ritmos son más estables, el terreno es parejo y puedes controlar cada kilómetro mirando el reloj. En la montaña, en cambio, mandan las subidas, las bajadas, el terreno y hasta el clima. Un tramo corto puede volverse eterno si es pura pendiente, y una bajada técnica te exige estar concentrado al 100%.

Por eso, aunque ya tengo experiencia en cerros, este maratón me impone respeto. No se trata solo de correr: es aprender a administrar la energía, comer bien durante la carrera, escuchar el cuerpo y no dejar que la cabeza se rinda cuando el cansancio aparezca.

Entrenando con Trail Chena

Desde hace unos meses me estoy preparando con el equipo Trail Chena. Entrenar con ellos ha sido clave: trabajamos resistencia, técnica en las bajadas, fuerza en las subidas y, lo más importante, la confianza para enfrentar kilómetros largos en montaña.

Lo bueno de entrenar acompañado es que aprendes de otros y nunca estás solo en el proceso. Cada salida al cerro, cada consejo y hasta cada corrección hacen que uno vaya sumando herramientas. Es como ir armando una mochila con todo lo que vas a necesitar el día de la carrera.

Nervios y ganas

Aunque llevo años corriendo, me siento nervioso como si fuera principiante. Pero creo que esa mezcla de nervios y ganas es lo que hace que valga la pena. Sé que el 4 de octubre no se trata de ganarle a nadie, sino de probarme a mí mismo que puedo terminar esos 42 kilómetros, disfrutar el recorrido y cruzar la meta feliz.

Ya me he imaginado varias veces el día: la salida con toda la adrenalina, los tramos duros donde toca apretar los dientes, los momentos en que encuentre mi ritmo, y ese instante en que vea la meta al final. Solo pensarlo me llena de energía y me recuerda por qué me gusta tanto correr en la montaña.

El lugar: Cascada de las Ánimas

El escenario no podría ser mejor. El maratón será en el Santuario Cascada de las Ánimas, en el Cajón del Maipo, a más o menos una hora de Santiago. Es una reserva privada enorme, con cerros, río, flora y fauna nativa. Un lugar para conectarse con la naturaleza y olvidarse del ruido de la ciudad.

Además del trail, allá se puede hacer trekking, andar a caballo, rafting en el río Maipo, observar aves y, por supuesto, conocer la cascada que le da nombre al lugar. Es un sitio que te invita a respirar profundo y a disfrutar de la montaña con calma.

Correr mi primer maratón en un lugar así lo hace todavía más especial. No es solo la distancia: es hacerlo rodeado de cerros, aire limpio y un paisaje que inspira.

Preparar la cabeza

Sé que la parte mental será clave. En cualquier carrera larga siempre hay un momento en que el cuerpo pide parar. Y ahí es donde la mente tiene que tomar el control. Me preparo para ser paciente, para no desesperarme en las subidas, para bajar concentrado y para repetirme que cada paso me acerca a la meta.

Un maratón de montaña no es pelear con el reloj, es conversar con el entorno y contigo mismo. Y quiero vivirlo así: tranquilo, agradecido y disfrutando del momento.

Qué espero del día

Sé que no será fácil. Habrá cansancio, momentos de frustración y seguro algún calambre o tropiezo. Pero también habrá paisajes increíbles, risas compartidas con otros corredores y esa satisfacción que solo se siente en la montaña. Mi meta es clara: terminar, pasarlo bien y quedarme con un recuerdo inolvidable.

Estoy seguro de que este será solo el primero de muchos. Porque una vez que cruzas esa meta, la montaña siempre te invita a seguir explorando.

Una invitación

Si te gusta correr en la naturaleza, sabes que no es solo deporte: es una forma de vida. Si alguna vez pensaste en probar un desafío más grande como un maratón de montaña, te digo que lo hagas. El tiempo que tardes no importa tanto. Lo que vale es la experiencia, lo que aprendes y lo que te queda después.

El 4 de octubre estaré en Cascada de las Ánimas para correr mi primer maratón de montaña. Sé que será duro, pero también sé que cada kilómetro me recordará por qué corro en senderos: porque ahí, entre ríos y cerros, me siento más vivo que nunca. 

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